martes, 30 de abril de 2013

Capitulo 11: ¿Quieres ser mi novia?



-¿A mí porque me haría daño?- pregunte.
-No sé, quizá porque es tu esposo-
-No es mi esposo-  confesé.
-Ya lo sabía-
-¿Cómo?-
-No actuabas como su esposa, primero en el bar, luego en la fiesta y después cuando lo encarcelamos, en vez de que dijeras algo saliste como si nada- dijo acercándose a mí          -Pero… ¿por qué decir que lo era?- añadió.
-Por pagar un favor- mentí. Me miro intimidante a los ojos.
-Kristen… te amo. No se cómo lograste hacer que me enamorara de ti en estas pocas semanas, pero han sido las mejores de mi vida- dijo rozando mis labios con los suyos.
-Edward…- antes de que pudiera decir algo más me beso.

Era un beso de amor, cariño y otras cosas que no pude identificar, pero fue un beso exquisito, delicioso, encantador. Tanto que me negaba a separarme él.
Después de bastante tiempo –no tengo ni idea cuanto fue– nos separamos. Edward tenía un brillo en los ojos, un brillo que lo hacía lucir perfectamente hermoso.

-Edward… yo…- tartamudee -Creo que deberíamos ir a la inauguración o llegaremos tarde- dije.

Él me miro, como si buscará algo, observo detenidamente mis ojos y después puso en marcha el Volvo.
Yo no podía decirle que lo amaba, porque cuando uno comienza a confesar sus sentimientos, todo puede salir mal. Ni siquiera sabía si lo amaba.  Además él me perseguía, y yo a él. Ambos teníamos el deber de eliminar al otro, y el amor solo se interponía entre el deber.

-Llegamos- avisó, estacionándose enfrente de un lujoso y hermoso restaurant, en la puerta tenía un listo rojo y había bastantes personas ahí.

Edward abrió la puerta para que pudiera salir. Tomo mi mano y me sonroje por ese hecho, pero no tenía intención de impedirlo.
Cuando llegamos un hombre alto y delgado saludo a Edward.
-¡Edward! Llegaste- dijo el hombre alto.
-Como no llegar Eleazar, quería ser testigo de cómo cumplías tu sueño- contesto Edward.
-¿Es tu novia?- preguntó Eleazar, refiriéndose a mí.  
-Aún no se lo preguntó- contesto Edward sonriendo de oreja a oreja, haciendo que me sonrojara.
-Kristen Stewart- me presenté.
-Eleazar Denali- contestó el simpático hombre -Ya que llegó el padrino, vamos a cortar esa cinta de una buena vez-  añadió.

Edward cortó el listón rojo de la puerta sonriendo, entre aplausos. Pero lo que me encanto, fue que en ningún momento me soltó.

Entramos al restaurant. Edward ordenó una ensalada y yo hice lo mismo. De fondo había música relajante, clásica.

-Cuéntame más sobre ti- pidió Edward.
-No hay nada que contar- dije un poco cortante para que no preguntara más.
-Kris, ¿quieres ser mi novia?- preguntó tomando un color rosado hermoso.

No sabía que contestar. Me moría por decir que sí, pero si lo hacia lo estaría poniendo en riesgo.
Edward tomo mis manos entre las suyas y me miro a los ojos, entonces me perdí en su hermosa mirada. Era hermoso, podía sentir, ver que en verdad me quería.
Entonces dijo:

-Ya me dijiste la verdad, así que no necesitas esto- y entonces me quito el anillo que Jacob me había dado.
-¡No!- grité, arrebatándoselo y poniéndomelo de nuevo.
-¿Qué?- dijo confundido.
-Vámonos, tenemos que irnos-  dije apresuradamente.
-¿Por qué?- preguntó confundido.
-No, primero le marco- dije más para mí, que para Edward.

Saque mi móvil y le marque a Jacob.  Pero Jacob no contesto.

-Kris tranquilízate- pidió  Edward, totalmente confundido.
-Edward llévame a casa por favor- roge.

Jacob vendría y haría todo un escándalo. Todo por quitarme el maldito anillo. Tenía que salir de ahí cuanto antes.

-Está bien, solo iré a despedirme- dijo poniéndose de pie.
-¡No hay tiempo! Vámonos-
-¡Kristen! ¡Ya, cálmate!- gritó notablemente molesto.
-Está bien, quédate yo me voy- dije de la manera más fría que pude.

Él me miro más que sorprendido, mientras yo me dirigía a la puerta. Pero justo cuando iba a salir vi llegar el Chevrolet Corvette Tuning 2010 de Jacob, se paró enfrente de mí y abrió la puerta del copiloto.

-Sube- ordenó en tono severo.
-No- conteste comenzando a caminar.
-No me hagas bajar- amenazó.

Lo ignore. Seguí caminando a paso apresurado mientras él me seguía lentamente con su auto.
Después de algunos minutos vi por el rabillo del ojo que se detenía, y bajaba del auto. Camino hacia a mí y me jalo bruscamente del brazo, forzando a parar y dar la vuelta para darle la cara.

-¡¿Qué grite?!-
-¿Por qué te quitaste el anillo?- preguntó serio.
-Fue un accidente-
-Sube al auto-
-No-
-No me hagas perder la paciencia-
-Pierde lo que quieras- lo rete.

Me jalo bruscamente intentando hacer que me metiera a su auto, pero no lo logro.

-Tu ultima oportunidad, te subes por las buenas o por las malas pero te que subes, te subes- amenazó.
-No voy a subir al maldito auto-

Intento jalarme pero le di una patada en el estómago con los enormes tacones que llevaba. Esa si la pagaría cara, muy cara.
Jacob se llevó las manos al estómago y se dejó caer sobre su auto.

-Maldita seas- gruño.

Alce la vista y… me topé con el rostro de Edward observando la escena a unos cuanto metros, tenía la confusión saltando de su cuerpo.
Antes de que Jacob se recompusiera y pasara algo más, comencé a correr a un sitio de taxis, encontré a uno a unas cuadras.
Le pedí al taxista me llevara a mi departamento, ya ahí. Me puse mi pijama que consistía en un pantalón pesquero y una blusa de tirantes.               
Iba a acostarme aunque aún era temprano pero, estaba cansada. Además no tenía nada mejor que hacer.                            

-Kristen- escuche llamarme, a James dentro de mi departamento.

Camine a la sala –que era de dónde provenía la voz– y observe a fijamente a James, quien no tenía cara de que esa fuera una visita de cortesía.

-Ahora golpeas a mi hijo- recrimino.
-Lo siento- dije hipócritamente, lo cual, James sabia.
-Creo que lo sentirá más Marie-
-Déjala en paz- ordené con voz fría.
-Todo era más sencillo cuando salías con Jake- dijo con un suspiro.
-¡Claro! Drogada y borracha hacia lo que me ordenaras- grité molesta por recordar aquel pasado.
-Eras más… obediente- dudo al pronunciar la última palabra.
-¿A qué viniste?- pregunte molesta.
-Simplemente a advertirte lo que ya sabes, tus errores lo paga Marie- y con esto salió de mi departamento.

Salí tras él y le obstruí el paso, parándome enfrente de él.

-No la toques- rogué.
-Tendrás que hacer algo-
-Lo que quieras- 

Espero les guste. Lo actualizaré cuando tenga tiempo.
PUEDEN DEJARME UN MENSAJE SIN ESTAR REGISTRADOS, para mi es muy importante su opinión  Gracias.
Si desean conocer mas de mis historias pidan unirse a mi grupo: Novelas del corazón

NOTA: Queda prohibida la copia total o parcial de este fanfic sin permiso de la autora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario